Desde la perspectiva del Amor y del Espíritu, perdonar es la voluntad de liberarse del doloroso pasado; es la decisión de no seguir sufriendo, de curar el alma y el corazón, es la elección de no seguir concediendo valor al odio o a la ira; y es desembarazarse del deseo de herir a otros o a nosotros mismos, debido a un motivo que forma parte del pasado. Es la voluntad de abrir nuestros ojos para recibir la luz que haya en los demás, en lugar de juzgarlos o condenarlos.
Perdonar es sentir la compasión, la ternura y la consideración que siempre están en nuestro corazón, sin importar lo que parezca ocurrir en ese momento en el resto del mundo. Perdonar es el camino para llegar a la paz y a la felicidad interna, el camino que nos conduce al alma, ese estado de paz interior siempre está disponible para que lo emprendamos, listo a darnos la bienvenida.
Podemos pensar en el perdón como en el tránsito, a través de un puente imaginario desde el mundo en el que siempre estamos reviviendo nuestros rencores hasta el sitio en el que reina la paz. Ese recorrido nos conduce hacia nuestra propia esencia espiritual y hacia el corazón de Dios. Nos lleva hacia un mundo de amor incondicional en permanente crecimiento.
A través del perdón recibimos todo lo que puede anhelar nuestro corazón; quedamos liberados de nuestros temores, de la ira y del miedo, para experimentarnos como uno solo con los demás y con nuestra Fuente Espiritual. Perdonar es la manera de salir de la oscuridad para entrar a la Luz; es nuestra función aquí en la Tierra, que consiste en llegar a reconocernos como la luz del mundo.
Perdonar nos permite escapar de las sombras del pasado, sean esas sombras proyectadas por nosotros mismo o por alguna otra persona. Perdonar puede liberarnos de la cárcel del miedo e ira en que hemos encerrado nuestra mente; nos libera de la necesidad y aun de la esperanza de modificar el pasado. Cuando perdonamos, las heridas que nos han causado los agravios pasados se limpian y se curan. De golpe experimentamos la realidad del amor de Dios.
En esa realidad sólo hay amor y nada más. En "Un Curso de Milagros", hay un hermoso pasaje sobre el don de perdonar; lo cito aquí porque describe los beneficios que podemos recibir a través del perdón:
El perdón me ofrece todo lo que quiero ¿Qué podrías desear que no te otorgue el perdón? ¿Deseas paz? El perdón te la ofrece.
¿Deseas felicidad, serenidad de espíritu, certeza en tus propósitos y una sensación de valor y belleza que trasciendan al mundo? ¿Deseas gozar siempre de cuidados y de seguridad, así como de calidez que ofrece una protección pura? ¿Deseas una quietud imperturbable, una suavidad que no pueda ser lastimada, una comodidad profundamente perdurable y un descanso tan perfecto que no puedas ser interrumpido? Todo esto te ofrece el perdón y aún más.
Brilla en tus ojos al despertar y te llena de dicha al comenzar el día. Acaricia tu frente mientras duermes y descansa sobre tus párpados para que no tengas sueño de temores y demonios, malicias y agresión. Y cuando vuelves a despertar, te brinda otro día de paz y felicidad. Todo esto te ofrece el perdón y aún más.
Psicólogo Lic. Humberto Morales Llamas