Respira desde tu corazón

Nuestros pensamientos se transforman en cosas. Pensar es crear. Vemos las consecuencias de las emociones y los pensamientos en este plano físico. La esclavitud no está en la materia, sólo está en tu mente. Eres el único señor de tu pensamiento y el creador de tu propia realidad. El cerebro piensa en imágenes no en palabras. Es imposible tener paz y dicha permanentes sin borrar de la mente las instrucciones negativas que se han programado.


El corazón es científicamente llamado: “El oscilador de cristal líquido del pecho”, pues genera ondas electromagnéticas que influye en lo que nos rodea: según nuestros pensamientos y la emoción que les infundamos. Las membranas biológicas y las membranas de las células son una forma de cristal líquido, elásticos y fluidos. Los cristales líquidos en las membranas pueden recibir e introducir proteínas importantes como si fuesen receptores libres flotantes. El ADN conforma una fase de cristal líquido.


El sentimiento es el lenguaje divino, se comunica desde el corazón, nuestros sentimientos tienen un impacto inmediato en nuestro cuerpo y en el mundo. Funciona en tiempo real: es el AHORA. ¡Despierta!


El corazón energético: Su propósito en el destino humano.


Los nuevos descubrimientos incluyen el reposicionamiento de la inteligencia interconectada y centrada en el corazón. Se requiere calma interior y confianza para adoptar las frecuencias más profundas de nuestro corazón y compartirlas con nuestros hermanos. Cada uno de nosotros puede contribuir con su energía del corazón para el bien común. Nuestro corazón es el grandioso “Centro de Conexiones” en la red de las almas que están encarnadas, sin importar el espacio o el tiempo. 


El corazón se desarrolla en el feto antes que el cerebro, éste informa a la fuerza de vida del instrumento humano, preparándola para recibir la conciencia del alma. La frecuencia del amor universal es desacelerada al entrar en las dimensiones del tiempo, espacio y materia. Se conecta con gran cuidado a la energía individual en el punto del corazón. 


La Tradición Hermética, a través del Taoísmo nos enseña que el latir de cada corazón se proyecta en la experiencia colectiva: con el corazón, no con la mente. Todas las emociones se centran en el corazón, sentir amor, compasión, comprensión, perdón, cambia la autoestima. Esto altera los campos electromagnéticos del corazón y éstos cambian la materia que forma lo que nos rodea.


Creamos … “centrados en el corazón"


El corazón es el campo magnético más fuerte del cuerpo. Los campos electromagnéticos del corazón cambian el mundo material. Crean el mundo material.


¿Crean los sentimientos?: Sí! Los sentimientos inciden en el campo que interconecta la materia y alteramos nuestra realidad de forma casi milagrosa para nuestra ciencia actual. Las antiguas culturas indígenas parten de ahí: que todo está conectado y somos parte. Podemos literalmente actuar sobre nuestros cuerpos para curarnos y sanar a otros seres humanos o de cualquier reino de la naturaleza.


Al cambiar la autoestima, el cuerpo lo refleja. La clave para atraer las mejores posibilidades a nuestra vida es la UNION de pensamientos, sentimientos y emociones. Pensamientos que emanan de nuestra mente, sentimientos que emanan de nuestro corazón. Las energías superiores de mayor vibración y las inferiores de más baja vibración en nuestro cuerpo físico, se fusionan en el centro cardíaco.


Tu corazón sabe qué hacer.


Dentro de nuestros preciosos corazones late un inconfundible e inmenso Poder Interno. 


Poco a poco nos habituaremos a buscar nuestra Referencia directamente en nuestros corazones, él sabe hacia dónde dirigirnos. El corazón sigue el camino de la eterna Luz, tal como un río nos lleva inequívocamente a experimentar el Amor sin posesión, sin apego. Si nos preguntamos en qué consiste la alineación de los corazones con la nueva dimensión vibratoria de la Tierra es simple: lo que recibimos del exterior es lo que antes enviamos. En este círculo, cada experiencia personal trasmuta la experiencia colectiva.


El corazón tiene cerebro.


El sistema cardiovascular contiene un método nervioso independiente, desarrollado con más de cuarenta mil neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.


Según la investigadora Annie Marquier, gracias a estos circuitos tan elaborados, puede tomar decisiones y pasar de la acción, independientemente del cerebro. También puede aprender, recordar e incluso percibir. El corazón arrastra a la cabeza. Las ondas cerebrales se sincronizan con las variaciones del ritmo cardíaco según sean las emociones de baja o alta vibración.                                                              


El Amor del corazón no es una emoción sin mas, es un estado de consciencia inteligente. El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos, que interpretan o perciben la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias mecánicas, su conocimiento es inmediato, instantáneo y por esta razón tiene una percepción exacta de la realidad.


Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón, crea un “estado de coherencia biológico”, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones superiores. 


La mejor manera de activar este “circuito amoroso consciente” es cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje, etc. Es la práctica de tomar conciencia de la vida, de las cosas y de nuestros estados íntimos. 


Esencialmente: liberarse de la visión de separación de lo que nos rodea y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio. La manera más práctica de liberarnos de ellos es tomando la posición de TESTIGOS, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, conscientemente. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras “reacciones emocionales” no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.


Conexiones que parten del corazón y van hacia él.


Greg Braden nos explica que la primera se refiere a la comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad  y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias. Él puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.


La segunda conexión es la información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF (Factor Natriurético Atrial: hormona producida por el corazón endócrino), la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la Homeostasis, aclaramos: es el mantenimiento del equilibrio dinámico de los organismos vivos dentro de los límites fisiológicos. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como la hormona del amor...


La tercera se refiere al ritmo cardíaco. La comunicación biofísica mediante ondas de presión. A través del ritmo cardíaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.


La cuarta es la comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, cinco mil veces más intenso que el del cerebro. Cambia en función del estado emocional. 


Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico y se ordena con las emociones superiores. Hay dos clases de variación de la frecuencia cardíaca: una es armoniosa, de ONDAS amplias y regulares y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos nobles, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ONDAS incoherentes.


El campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros: Todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón!. La conclusión de todos estos descubrimientos es que el circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información, que después pasa por el cerebro de la cabeza. El corazón se puede reparar a sí mismo, “energía cohesiva” que viene de la alineación de la mente y el cuerpo con el ritmo del corazón, él es el núcleo de toda nuestra fisiología y bombea rítmicamente energía esencial de vida a nuestra inteligencia celular.


La sabiduría del corazón se expresa en nuestras situaciones diarias, en momentos de comprensión y sentimientos, ello nos ayuda a evaluar con mayor claridad las experiencias interiores y nuestras creencias. Al darle la oportunidad de expresarse en nosotros, este instrumento nos ayuda a dejar de lado el juzgar sólo por experiencias e impresiones que recibimos. Nos ayuda a observar de manera más pura y sin prejuicios el entorno que nos rodea, al dejar que se exprese en nosotros libremente, transforma un mundo de ilusiones, en realidades que trascienden nuestra existencia.


Cuando ahogamos el corazón nos ahogamos a nosotros mismos, por inutilizar la brújula de nuestra alma y el aliento divino que hay en cada uno. Toma tu timón, escucha  y sigue a tu corazón. 


Significado del término: corazón.


Puede significar una postura de la consciencia, un estado del Ser, o referirse al centro cardíaco. En el corazón las ideas personales y los apegos son transmutados en una Donación. En él, la conciencia no se detiene ante obstáculos, invisiblemente se fortalece a través de ellos. También se lo denomina el Señor de la Síntesis, el Portal de la estabilización y el camino hacia la Unidad. Atraído por el fuego solar, favorece el equilibrio.                                                                         La única forma de ir es “cruzar el puente del corazón”. 


Es él  y no la mente, el que tiene la clave de la unión.


La síntesis entre lo abstracto y lo racional se realiza en el centro cardíaco. La sabiduría se abre en el corazón y no en la mente, pero el corazón debe ser “límpio” para que su irradiación sea curativa. La Divinidad, El Ser Intimo, instruye por medio del corazón, base sobre la cual se procesa la unidad mental.


Cuando la voz del corazón es escuchada y prevalece, desaparecen los antagonismos, para esa Realidad no existen límites personales.


Respira desde tu corazón, respira desde ese centro que es tu corazón sagrado...