El sentido del humor nos permite, en el fondo, mirarnos desde fuera. Hay dos clases del sentido del humor: "a causa de" y "a pesar de".
"A causa de": es el lado cómico, absurdo, de las cosas y de las personas. "A pesar de la adversidad" trata de alimentar la esperanza en condiciones pésimas. A pesar de los infortunios humanos, siempre hay una sonrisa, una esperanza y se mantiene la dignidad humana.
Dios es el garante del sentido del humor, porque gracias al don de la fe se obtiene la capacidad de relativizar todas las cosas, con el punto de referencia del Absoluto de Dios. La risa es, pues, la expresión de una libertad conquistada. Y es además un tipo de sabiduría.
La de saber leer la otra cara de la moneda, la de rascar la superficie de las apariencias, la de tomar la justa distancia respecto de las cosas, la de poseer una escala precisa de valores. Hay muchas clases de risas.
Hay una risa que escarnece, que es burla; también hay carcajadas que son histéricas o exhibicionistas, pero hay una risa que, desde la libertad y la dignidad, muestra la fragilidad del hombre y sus contradicciones.
La risa, característica humana, nos conduce a descubrir lo esencial...